Tras seis años de tramitación, comienza a regir la Ley N° 21.172
Desde el 21 de septiembre entró en vigencia la Ley N° 21.172, conocida como Ley Chao Cables, que busca eliminar el tendido aéreo en desuso de postes de luz y telecomunicaciones, comúnmente llamado “basura aérea”. La normativa obliga a las empresas de telecomunicaciones a cumplir con plazos y procedimientos formales de retiro de cables, mientras la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) inicia un proceso de fiscalización activa.
La aplicación del reglamento se concreta tras seis años de espera desde que la iniciativa fuera promulgada en 2019, durante el segundo gobierno del expresidente Sebastián Piñera. El retraso se debió a la falta de reglamento, subsanada este año luego de que la Contraloría aprobara el decreto que establece la implementación del plan de gestión.
Comunas prioritarias y coordinación con municipios
Las empresas de telecomunicaciones, en conjunto con municipios, se encuentran definiendo las comunas prioritarias para iniciar el despeje. Este levantamiento permitirá ordenar los sectores más afectados y construir planes de ejecución progresiva.
“Estamos construyendo planes que se empiezan a ejecutar a partir de fines de este año, y que permitirán que el próximo año ya veamos un despeje progresivo de la basura aérea en nuestras comunas”, explicaron desde la Cámara Chilena de Infraestructura Digital (IDICAM), gremio que suscribió un convenio de colaboración con la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM) y la Asociación de Municipios Rurales (AMUR) para apoyar la implementación de la normativa.
Desafíos por territorio
Entre las zonas más afectadas se encuentran Antofagasta, Valparaíso, Concepción, La Florida, Providencia, Ñuñoa, La Reina, Maipú, Santiago, Lo Barnechea y San Bernardo. En paralelo, se prevé que comunas rurales como Melipilla, Colina, Talagante, Peñaflor y sectores turísticos como Pucón, Villarrica y Pichilemu enfrenten desafíos particulares por el volumen de cables en desuso.
La meta es que en un plazo de 12 meses se observe una reducción significativa del tendido aéreo en mal estado, mejorando la seguridad pública, la estética urbana y la calidad de los servicios de telecomunicaciones.
